Esta aún es la democracia renga que dejó el fujimorismo y que han cultivado con tanto entusiasmo oportunistas de toda laya, desde apristas hasta los de alianza para el progreso, pasando por todos los grupúsculos que tomaron gobiernos municipales, regionales y hasta el gobierno central.  

Y esa democracia renga requiere de farsas como la destrucción de la tumba de los senderistas asesinados en las masacres de El Frontón, Lurigancho y Chorrillos. Los que se suman alegremente a esta farsa, nunca apostaron por la democracia, nunca se jugaron por los derechos de los peruanos e hicieron de la democracia peruana una cueva de corruptos ladrones y traficantes del poder. Nunca tuvieron la estatura moral al momento de enfrentar al senderismo que también asesinaba dirigentes del pueblo y liquidaba las organizaciones populares

Esta farsa es el último homenaje de ese 15% que aún respalda a la mafia, al delincuente Alberto Fujimori y sus herederos políticos, es el homenaje a la mentira y la estafa de decirnos que enfrentaron a Sendero Luminoso en nombre del Perú, cuando la verdad es que negociaban con narcotraficantes, con la mafia de la venta de armas, mientras remataban las empresas del país a cambio de millonarias coimas y asesinaban a mansalva a rendidos, pero también a dirigentes sindicales, campesinos y obreros.

Que sigan desenterrando muertos, que recorran el país abriendo tumbas si eso los hace sentir mejor, pero ya es el canto del cisne, están derrotados, ya son carne de presidio, ninguna farsa necrofílica los salva.