El cadáver de García no terminaba de enfriarse y ya la mafia empezaba a usar su muerte como un arma arrojadiza contra la lucha anticorrupción. Aún no está bajo tierra, pero los corruptos de siempre y sus gonfaloneros de toda la vida ya reanudaron la campaña para detener las investigaciones que deben llevar a prisión a decenas de mafiosos y sus operadores. 

No les importa el muerto, no les importa la familia del muerto, solo les importa salvar el pellejo; por ellos, el velorio tendría que durar un año para que la campaña se sostenga, o dos años, o tres, los que sea necesario para que se detengan las investigaciones y que no se produzcan los juicios que terminen por desmantelar su poder

Desde Mulder hablando de dignidad, o sea hablando de cosas que no conoce, hasta Barnechea ofreciéndose de candidato de la mafia, pasando por Cipriani, el arzobispo de la caverna, Roque Benavides que tiene sobornos y muertes por las cuales dar explicaciones, los medios de comunicación de siempre, todos haciendo coro contra la lucha anticorrupción, aupados al féretro de García. En verdad es una buena metáfora para lo que le espera a la mafia.

Pero no alcanza. No me imagino a Barata llorando a García y dejando de decir sus verdades. No creo que Nava se sacrifique y haga lo mismo con su hijo limpiando a García. Tampoco creo que Atala sea el nuevo Mantilla, menos cuando su hijo predilecto también terminó implicado.

Están más desubicados que nunca, han puesto su suerte en manos de un muerto y creen que las evidencias se borran con un disparo.