Que El Comercio defienda el modelo neoliberal no es una novedad, que a El Comercio le preocupe la popularidad de Verónika Mendoza tampoco lo es, lo que sí es una novedad es que se autodefinan como la cátedra de la economía que el país necesita y que sus tesis nos deban resultar obvias porque El Comercio lo dice. Su último editorial dedicado a Verónika Mendoza es una demostración magistral de su altísimo nivel de conocimientos en economía, recomiendo su lectura. 

Para lo que podría ser el diario del “Club de la Construcción”, es obvio que lo que el país necesita es “una flexibilización de la legislación laboral”. Como saben tanto de economía en El Comercio y la izquierda nada, su propuesta no necesita demostrarse porque es obvia y no nos habíamos dado cuenta.

Una vez que nos aclaró lo obvio de su tesis, lanza otra ya de carácter político, la izquierda ha condenado a una mayoría de peruanos a la imposibilidad de acceder al “trabajo digno”, las comillas son de El Comercio, parece que le cuesta hablar de trabajo digno en serio, porque además luego sueltan otra tesis que debiera ser obvia también para los pobres mortales que de economía no sabemos nada: el trabajo digno es “con los derechos que resulten económicamente razonables”.

Esto ya es de antología, es decir el trabajo digno no tiene que ver con el derecho de todas las personas, no, eso es de populistas o de gente de izquierdas, el trabajo digno tiene que ver con lo que los empresarios que son los que manejan la economía o los genios de la economía de El Comercio, consideren “económicamente razonable”.

Para ellos lo obvio es que no haya derechos porque es un costo que no es “económicamente razonable”, sí es razonable que se exoneren de impuestos a las grandes empresas, sí es razonable que se recorten derechos adquiridos por los trabajadores, sí es razonable que las grandes empresas ligadas al grupo El Comercio se coludan para asaltar al Estado, eso debe ser obvio también para el diario de Miro Quesada.

Y dice también El Comercio que Verónika Mendoza resulta defendiendo a una minoría, ya quisiera eso El Comercio, lo cierto es que el planteo de Verónika Mendoza incluye a todos y todas, derechos para peruanos y peruanas en edad de trabajar. Y eso es lo que le preocupa realmente al diario de marras, que la demanda de trabajo digno sea para las mayorías nacionales, y que millones de peruanos asuma que lo normal debiera ser el trabajo con derechos y no la salvajada de política laboral que la CONFIEP con el aplauso del viejo diario ha impuesto hace años.

El Comercio se disfraza de economista para deslegitimar a la izquierda y hay que decirlo, una cosa es que tengan intereses económicos que defender y otra que puedan hablar de economía con pretensiones de gurúes y peor aún, querer simular un debate económico, cuando de lo que se trata es de frenar las posibilidades de la izquierda de levantar una plataforma laboral para todos los peruanos y peruanas.