Sansón destruyó el salón de fiestas con los filisteos adentro y él también. La ultraderecha y la derecha unidas quieren destruir al país con Castillo y todos los que quieren votar por él adentro y ellos, claro, afuera. Sienten que tiene el poder para reconstruirlo con ellos al mando. Total nunca les importó el país ni su futuro, siempre fue su centro para el saqueo y es eso lo que pueden reconstruir, un país lleno de piedras para vender a los grandes monopolios mineros, usando también a la minería informal que dicen odiar pero a la que le compran su producción sin hacerse ascos.

No les importa sin convierten al país en un pantano de odio, y la democracia en un estropajo con el que limpiarán la mesa de sus banquetes de celebración, y lo están haciendo, en nuestras narices, y con la anuencia de medio mundo, sólo porque “su plata” se los permite, y con “su plata” tienen la libertad de mentir, distorsionar el debate, hacer de las elecciones una caricatura.

No veo al JNE exigiendo respeto al voto popular, o ¿ya no es una de sus funciones?, ¿su Tribunal de Honor sirve para algo? Vargas llosa llama al golpe militar si gana uno de los candidatos y el JNE, bien gracias. Militares metidos a la política llaman a sus colegas de armas a hacer algo y el JNE prefiere mirar para otro lado. Y el Acuerdo Nacional, no se oye padre.

Y el gobierno se esconde tras la cortina de la imparcialidad. O el Presidente ya dejó de personificar a la nación y entonces puede dejar que la ultraderecha y la derecha juntas la hagan jirones, y todos felices.

Los que implementan la democracia de la vista gorda, terminan de cómplices de los que la convierten en una caricatura. No es el comunismo el que amenaza al país, es la complicidad con la ultraderecha y sus aliados de derecha, y ponerse de perfil en esta situación es sembrar vientos, y ya sabemos la cosecha de tempestades que esto trae. Mañana será muy tarde para quejarse.